Sola, desamparada, inmersa en un miedo atroz, etc.; así te encontramos Candy. No sabemos cómo habías llegado hasta allí ni que mal habrías podido hacer para que alguien fuera capaz de hacerte eso, pero por fin estas a salvo. Ahora estás en un sitio seguro, donde se te va a cuidar y se te va a regalar aquello que tu familia no te supo dar: amor.
Y ese amor es el que ha conseguido que la mirada de Candy cambie. Aunque esto es un proceso lento, y poco a poco Candy está abriéndose a nosotros, esto en unos inicios no era así. Candy tenía miedo y desconfianza a todos, y tuvimos que hacerle entender que no había de qué preocuparse, que nadie le iba hacer daño, y que el sufrimiento y el maltrato habían quedado atrás.
Ahora toca que una familia le enseñe a Candy el mundo exterior y que le descubra una nueva vida. Candy se merece conocer qué es dormir en una camita calentita, qué es ir a la playa y sentir la mullida arena en sus patitas, así como el frescor de agua salada, qué es sentir el calor humano y qué se siente al formar parte de una manada humana, de una familia, etc.
Candy es una pera joven, de una energía media, la cual ha descubierto lo qué es un abrazo, una caricia, y ahora no quiere que esa sensación se le olvide, y siempre la verás en busca de cariño y afecto. Gran parte de su inseguridad ha desaparecido, y ahora disfruta de los ratos de juego con la pelota, de los paseos con los voluntarios, de las excursiones alrededor del refugio, etc. No obstante, y aunque Candy ha mejorado muchísimo, hay que seguir trabajando con ella esa adaptación y seguir puliendo aspectos, pero estamos seguros de que con lo lista y buena qué es, pronto todos sus miedos quedarán atrás.
Uno de esos aspectos que estamos puliendo es su miedo a otros perros. Cuando llegó, Candy no los toleraba y prefería no relacionarse con ellos. Lógicamente, sabíamos que el foco de ese rechazo inicial se debía a su inseguridad y confusión por todo lo cambiante y rápido que estaba yendo su vida, y por eso no nos rendimos. Y como esperábamos, estábamos en lo cierto. Aunque todavía no se ha probado a Candy en la convivencia con otro compañero, si hemos hecho que sea capaz de pasear junto a otros perros, y lo hace verdaderamente bien. Además, se relaciona con ellos si ningún problema ni mal gesto. Es cierto que hemos elegido tanto machos, como hembras que sabemos que son sociables y con los que es poco probable que Candy se sintiera amenazada, y ha aprobado con matrícula de honor. Ahora nos queda probarla con perros de diferentes energías y ver si existe alguna con la que Candy no se sienta cómoda, y ver también, cómo congeniaría en la convivencia con ellos.
Para nuestra Candy solo buscamos una familia que le brinde la oportunidad de conocerla y poder comprobar la gran perra que es. Sabemos que Candy es una perra diez que ha tenido la mala suerte de tener una vida miserable, pero por suerte eso ya no forma parte de su vida y le hemos prometido a Candy que ahora lo que va a vivir son experiencias positivas y cargadas de amor. Con lo bonita que es Candy, estamos seguros de que pronto alguien se enamorará de ella y podrá tener, al fin, la familia que tanto anhela; ¿Serás tú?
Si quieres conocer a Candy, escríbenos a: