Rabel

Sexo: Macho

Raza: Mestizo

Edad aproximada: 5 años

Tamaño: Grande

Ref: 20791

Aquí venimos a hablar de RESPONSABILIDAD. Rabel vuelve a estar con nosotros tras haber pasado ni por uno ni por dos, sino por tres abandonos. Por lo que debemos ser muy precisos a la hora de elegir a su futura familia. Su mala suerte tiene que acabar.


Adoptar a un perro no es pasearlo y darle cariñitos cuando uno quiera. Es compromiso, trabajo... ayudarlos a descubrir el mundo de una forma en la que se sientan seguros y cómodos. Es quererlos incondicionalmente y no buscar excusas para no hacerlo.

Y lo cierto es que Rabel necesita mucha ayuda.


A Rabel lo abandonaron por primera vez sin explicaciones ni corazón en la perrera, para que allí se consumiera. En cuanto pudimos lo rescatamos, y qué perro más precioso hemos descubierto.


Este machito joven es una delicia que adora explorar, jugar y disfrutar de lo poco que un espacio tan limitado puede ofrecerle.


En patio corretea de un lado a otro tras su querida pelota, la que comparte con sus compis de jaula.


Es muy activo y tiene muchísima energía que necesita consumir pero a la vez pasea muy bien a tu lado, dándote lametones en la mano, ya que es muy cariño con los voluntarios, por que su familia deberá ser igual de activo que él.


Convive en armonía con machos y hembras, aunque es muy intenso cuando conoce nuevos amigos por lo que necesita una buena presentación con otros perros para que ellos no se sientan invadidos, y leer bien su lenguaje corporal para saber cuándo se está excediendo en la presentación. También juega bruto, por lo que vemos conveniente que, si no es hijo único, tenga un hermano o hermana canino tolerante y tranquilo, que lo entienda y sepa regularlo.


Lo cierto es que Rabel es un perro muy sensible, y su adaptación en una casa será larga, y todos los miembros deberán estar implicados. Necesita su espacio para explorar y un tutor firme, que sepa ponerle límites y que comprenda que no podrá invadir su espacio cuando está tranquilo, ni podrá manipularlo de formas que no le gustan, como darle abrazos o bañarlo en los primeros días.

No sabemos cuanto tardará Rabel en sentirse cómodo en su hogar, y aunque es un perro cariñoso y juguetón, también es un perro que conoce sus límites y no duda en dejarlo claro.

Es por eso que necesitamos a una persona segura de sí misma y con autoridad, que lea a Rabel y sepa cuando darle el amor que se merece.


Queremos un futuro lleno de viajes, paseos eternos y mucho amor para Rabel, una familia que entienda que CUALQUIER perro supone un trabajo de comprensión y empatía.


Rabel no ha tenido un bonito comienzo. Hagamos entre todos que tenga un bonito final.

 


Si crees que puedes darle la vida que se merece a esta preciosidad, manda un correo a moduloc@protectoramalaga.com.