Perros en adopción

Kaila nos mira con los ojitos chiquititos, como quien no quiere la cosa, esquivando la mirada directa por miedo a que le hagamos daño. A nosotros se nos parte el corazón…

Kaila tiene solo un añito. Solo un añito en el que ya ha sufrido un embarazo, en el que ha conocido el miedo… Pero esto se acabó para Kaila, ahora nos vamos a esforzar cada minuto y cada segundo para que lo que conozca sea el amor, el cariño y la felicidad. Aunque sea desde un chenil.

Nuestra chiquitina es negra con manchitas marrones o grisáceas, y con las patitas blancas, como si llevase unos guantes muy chiquititos. Es una curiosa que se pone en la parte de arriba de su chenil a inspeccionar todo lo que ocurre. Eso si, como escuche un ruido… Ella es la primera en salir corriendo.

Esta preciosidad no solo tiene una gran curiosidad por lo que ocurre a su alrededor, sino que la comida es bastante de su agrado, y así es como nos la estamos ganando. Ella así se deja acariciar y, poco a poco, va cogiendo confianza con nosotros. ¡Qué alegría nos da cuando pasamos un ratito con ella y conseguimos quitarle aunque sea un 1% de ese miedo! Esto podría significar que, en una casa, podría avanzar muchísimo más.